Muchas veces he pensado que todo lo que yo llegue a hacer por ti no era mas que una nube de humo, algo inexistente, algo transparente ante tus ojos... cada día voy confirmando más esa teoría
Me acuerdo cuanto te conocí y se que tu también lo recuerdas, era verano, caluroso verano de 2009; era agosto, desolador agosto para mi que acababa de ser suspendido y me quedaba a la deriva; era día once, martes-once-de-agosto-del-dos-mil-nueve-a-las-tres-de-la-tarde-en-filosofía-y-letras; destino, casualidad, como quieras llamarlo, ahí estábamos tu y yo frente a un nuevo ciclo, francés I con la maestra Mireya Martinez en el I-IV -después I-VI- listos para empezar algo que yo desconocía completamente y de lo que tu no conocías mas que monosílabos y palabras simples; aventura casi nueva.
Recuerdo que no hicimos ningún click instantáneo, difícilmente logramos encontrarnos en los primeros 2 meses que pasábamos en esa sala infernal sin climatizacion, abandonados a la suerte de tardes tristes y abandonadas pero llenas de aprendizaje; llegó octubre, viernes lluvioso, viernes-veintitrés-de-octubre-de-dos-mil-nueve-a-las-dos-treinta-pe-eme, como dije, llovía, era una lluvia dulce pero difícil, relajada pero que aun así podía causar el peor trafico del mundo entero, por primera vez te veía a solas, por primera vez llegabas temprano, sonriendo; acomodamos bancos, me dieron calambres, historia ya conocida; era tu cumpleaños, tu cumpleaños karmatico del que supiste sacar provecho, me las cobraste todas; ahí fue cuando nos hicimos amigos.
Y se nos fue el mes y medio que nos quedaba, ya hablábamos, ya por fin no había silencios ni insultos, solo palabras coordinadas y corteses: llegó, sin embargo, la hora de decir adiós, otro viernes, viernes frió hasta los huesos viernes-cuatro-de-diciembre-de-dos-mil-nueve-siete-treinta-pe-eme-siete-grados-centigrados-casa-de-joe; ahi nos dijimos, et donc, mon amour, bonsoir et a bientôt, intercambio en el que irónicamente tu tuviste que regalarme algo que tu misma te comiste luego -tengo las pruebas de eso- y ahí todo termino por ese año, pero me guardaste sorpresas agradables.
Febrero, febrero fresco, lluvioso y frió, miércoles-tres-de-febrero-de-dos-mil-diez-doce-pe-eme, nos vimos de nuevo, te veías tan bonita y tan sonriente, creo que ahí comencé a caer en el encanto que tenias, apenas ahi me empezaba a dar cuenta; que paseo tan agradable, que café tan delicioso, que sonrisa tan inolvidable; como extraño esos tiempos, cómo quisiera volver a aquel dos mil diez y arrojarme a tus brazos como lo hacia a llorar en aquellos tiempos, fue el año casi perfecto.
Julio llegó para los dos en algo que me hizo darme cuenta de que esto ya era un sentimiento, lunes-cinco-de-julio-de-dos-mil-diez-Montreal-Canadá-Monterrey-México, ya estabas lejos cuando lo descubrí, creo que fue por eso mismo que lo sentí, julio fue un mes complicado, difícil y solitario; si bien no nos veíamos ya tanto como en un principio, ese mes que estuviste en Canadá fue pesado, mucho mas porque no querías volver, ahi fue cuando me hundí, ahí fue cuando te hice tus primeros treinta y tres poemas mas la carta, ahi fue donde todo empezó a derrumbarse.
Agosto llegó contigo de vuelta, llegó, llegaste, entregue mis hojas, dijiste que las leerías, dijiste que muy bonitas, asunto finalizado.
Vino tu cumpleaños, octubre, nuevos poemas, nueva entrega, los leíste, muy bonitos... ya los perdiste.
Noviembre-Diciembre-Enero-Febrero-Marzo-Abril ¿nada? efectivamente
Ultimo intento del año pasado: Mayo, jueves-diecinueve-de-mayo-de-dos-mil-once, mañana fresca, de esas que con un chaquetin son soportables, era evidente una fractura, no hubo muchas palabras, solo recuerdo que le dijiste loca a Tania, fuimos a imprimir uno de tus trabajos, adiós
algunos minutos durante agosto-septiembre-noviembre-diciembre, enero-febrero (crii, crii).
Marzo, ya no recuerdo la fecha, solo se que era un día que no tuve clases o que salí temprano, eran como las 4 de la tarde y, días atrás, había escrito mi amor en un papel, listo para entregártelo, amenazaste con cancelar, razones escolares, me enoje y solté el veneno y el dolor de necesidad que tenia, aceptaste, ese hecho y la parte en la que usabas mi clase de francés como excusa para terminar rápido con todo hicieron que enrabietara y me guardara esa hoja, craso error.
Hace exactamente dos semanas quedamos de vernos, dijiste que si, ya tenia todo preparado, un día antes en la noche, solo porque te pregunte para confirmar, ahí fue donde me cancelaste. solo diré un par de cosas:
-Y si por mi mente no hubiera pasado enviarte ese mensaje para confirmar? que hubiera pasado?
-Cómo puede una persona a diecisiete mil kilómetros de distancia de aquí, estudiando arte en la U de Chile y en cierto tiempo trabajando hacerse el tiempo de hablar conmigo 2 horas casi diarias y tu no? o como puede una persona en Guadalajara, con escuela y un trabajo periodístico ademas de su tesis hacerse tiempo para meterse en mi vida por sms aunque sea -ahora- solo para decirme que me odia?
voy a dejarte una canción que iba a dejarle a ella, a la que quiero que me perdone, iba a darle ciertas lineas, pero creo que a ti te queda mejor.
Barriletes
Me acuerdo cuanto te conocí y se que tu también lo recuerdas, era verano, caluroso verano de 2009; era agosto, desolador agosto para mi que acababa de ser suspendido y me quedaba a la deriva; era día once, martes-once-de-agosto-del-dos-mil-nueve-a-las-tres-de-la-tarde-en-filosofía-y-letras; destino, casualidad, como quieras llamarlo, ahí estábamos tu y yo frente a un nuevo ciclo, francés I con la maestra Mireya Martinez en el I-IV -después I-VI- listos para empezar algo que yo desconocía completamente y de lo que tu no conocías mas que monosílabos y palabras simples; aventura casi nueva.
Recuerdo que no hicimos ningún click instantáneo, difícilmente logramos encontrarnos en los primeros 2 meses que pasábamos en esa sala infernal sin climatizacion, abandonados a la suerte de tardes tristes y abandonadas pero llenas de aprendizaje; llegó octubre, viernes lluvioso, viernes-veintitrés-de-octubre-de-dos-mil-nueve-a-las-dos-treinta-pe-eme, como dije, llovía, era una lluvia dulce pero difícil, relajada pero que aun así podía causar el peor trafico del mundo entero, por primera vez te veía a solas, por primera vez llegabas temprano, sonriendo; acomodamos bancos, me dieron calambres, historia ya conocida; era tu cumpleaños, tu cumpleaños karmatico del que supiste sacar provecho, me las cobraste todas; ahí fue cuando nos hicimos amigos.
Y se nos fue el mes y medio que nos quedaba, ya hablábamos, ya por fin no había silencios ni insultos, solo palabras coordinadas y corteses: llegó, sin embargo, la hora de decir adiós, otro viernes, viernes frió hasta los huesos viernes-cuatro-de-diciembre-de-dos-mil-nueve-siete-treinta-pe-eme-siete-grados-centigrados-casa-de-joe; ahi nos dijimos, et donc, mon amour, bonsoir et a bientôt, intercambio en el que irónicamente tu tuviste que regalarme algo que tu misma te comiste luego -tengo las pruebas de eso- y ahí todo termino por ese año, pero me guardaste sorpresas agradables.
Febrero, febrero fresco, lluvioso y frió, miércoles-tres-de-febrero-de-dos-mil-diez-doce-pe-eme, nos vimos de nuevo, te veías tan bonita y tan sonriente, creo que ahí comencé a caer en el encanto que tenias, apenas ahi me empezaba a dar cuenta; que paseo tan agradable, que café tan delicioso, que sonrisa tan inolvidable; como extraño esos tiempos, cómo quisiera volver a aquel dos mil diez y arrojarme a tus brazos como lo hacia a llorar en aquellos tiempos, fue el año casi perfecto.
Julio llegó para los dos en algo que me hizo darme cuenta de que esto ya era un sentimiento, lunes-cinco-de-julio-de-dos-mil-diez-Montreal-Canadá-Monterrey-México, ya estabas lejos cuando lo descubrí, creo que fue por eso mismo que lo sentí, julio fue un mes complicado, difícil y solitario; si bien no nos veíamos ya tanto como en un principio, ese mes que estuviste en Canadá fue pesado, mucho mas porque no querías volver, ahi fue cuando me hundí, ahí fue cuando te hice tus primeros treinta y tres poemas mas la carta, ahi fue donde todo empezó a derrumbarse.
Agosto llegó contigo de vuelta, llegó, llegaste, entregue mis hojas, dijiste que las leerías, dijiste que muy bonitas, asunto finalizado.
Vino tu cumpleaños, octubre, nuevos poemas, nueva entrega, los leíste, muy bonitos... ya los perdiste.
Noviembre-Diciembre-Enero-Febrero-Marzo-Abril ¿nada? efectivamente
Ultimo intento del año pasado: Mayo, jueves-diecinueve-de-mayo-de-dos-mil-once, mañana fresca, de esas que con un chaquetin son soportables, era evidente una fractura, no hubo muchas palabras, solo recuerdo que le dijiste loca a Tania, fuimos a imprimir uno de tus trabajos, adiós
algunos minutos durante agosto-septiembre-noviembre-diciembre, enero-febrero (crii, crii).
Marzo, ya no recuerdo la fecha, solo se que era un día que no tuve clases o que salí temprano, eran como las 4 de la tarde y, días atrás, había escrito mi amor en un papel, listo para entregártelo, amenazaste con cancelar, razones escolares, me enoje y solté el veneno y el dolor de necesidad que tenia, aceptaste, ese hecho y la parte en la que usabas mi clase de francés como excusa para terminar rápido con todo hicieron que enrabietara y me guardara esa hoja, craso error.
Hace exactamente dos semanas quedamos de vernos, dijiste que si, ya tenia todo preparado, un día antes en la noche, solo porque te pregunte para confirmar, ahí fue donde me cancelaste. solo diré un par de cosas:
-Y si por mi mente no hubiera pasado enviarte ese mensaje para confirmar? que hubiera pasado?
-Cómo puede una persona a diecisiete mil kilómetros de distancia de aquí, estudiando arte en la U de Chile y en cierto tiempo trabajando hacerse el tiempo de hablar conmigo 2 horas casi diarias y tu no? o como puede una persona en Guadalajara, con escuela y un trabajo periodístico ademas de su tesis hacerse tiempo para meterse en mi vida por sms aunque sea -ahora- solo para decirme que me odia?
voy a dejarte una canción que iba a dejarle a ella, a la que quiero que me perdone, iba a darle ciertas lineas, pero creo que a ti te queda mejor.
Barriletes
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