03/07/11
Cuando todo muere es mejor dejarlo, no hay que seguir buscando métodos para revivir algo que no quiere soltar el lecho que lo acoge.
El miércoles di por finito un vinculo más, un ciclo efímeramente feliz, que me detuvo de cometer atrocidades inmensas, pero que no pudo detener el calor que inflama mi corazón y mi alma al punto del derretimiento; el quiebre fue sorpresivo y me puso en un shock que me costo hasta hoy poderlo superar; todo es definitivo, y eso fue lo mas doloroso.
No voy a evadir mi responsabilidad en esta consecuencia, ni voy a lanzar la piedra de la culpabilidad a mi contra parte, pero si manejare la versión de que todo fue muy injusto y carente de sentido; no pude hacer ya mas nada por rescatar algo del naufragio, me fue imposible volver atrás, no por orgullo o prepotencia, sino porque ya el dolor no tiene porque atormentarme, y si volteaba la cabeza, no haría otra cosa mas que arrodillarme ante el sufrimiento, sujetándole sus delicadas piernas y rogándole que nunca me dejase alejarme.
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