El Club de las Horas Contadas

Hoy quisiera compartirles una de las mejores canciones que se han escrito en la historia de la música latinoamericana y la cual considero como mi favorita el tema es "La Bengala Perdida" escrita para el álbum "Tester de Violencia" de 1988, el autor de esta obra de casi 6 minutos es el cantautor argentino Luis Alberto Spinetta (1950/2012) quien es mi músico favorito y que falleció recientemente (8 de febrero) el tema principal de esta canción se basa en hechos reales acaecidos a un partido de fútbol entre Racing y Boca Juniors el 3 de agosto de 1983, en este partido perdió la vida Roberto Basile, de 25 años, al clavarsele una bengala marina en la garganta, la muerte fue instantánea e increíblemente el partido no se suspendió. a casi 30 años de aquel triste incidente y a 24 del lanzamiento del álbum, la canción sigue causando impacto y emoción entre el pueblo argentino, aun se recuerda esa famosa frase con la que Spi...

necio, necio soy fuerte para lo innecesario perezoso en lo fundamental seco aun mas allá mente podrida empresarial liberal de tercera generación mentiras a granel sangre en el anaquel en la calle, en la acera con sabor a miel ojos rojos sudoroso aperlada piel de la mañana tostada al calor de la tarde reposada en el duro aire nocturno infierno, infierno maldito ¿merezco acaso mas castigo que el de vivir bajo el sol andando errante pidiendo perdón mientras algún vago de la catedral me roba mi catorcena para bebérsela una noche nomas?

Que suerte que viniste a destrozarme como yo te destroce necesitaba un recordatorio de que aun estaba vivo que suerte que me llamaste cobarde justo necesitaba que me abofetearan que suerte que me dijiste adiós justo necesitaba una razón para llorar que suerte que fui un mentiroso necesitaba volver mis huellas y recomenzar que lastima que estemos separados justo ahora te necesitaba en mi vida que lastima que haya sido un cretino y criminal justo ahora que te abría mi corazón que suerte que no me perdones justo necesitaba chocar de nuevo contra la pared que suerte que guardes silencio necesitaba sentir helar mi espíritu que suerte que ya no quieras verme así no podrás verme patéticamente sollozando

ella es tan libre como aquellos pájaros en la azotea tan libre como una hoja del viento tan libre como un sentimiento puro de amor tan libre como la primavera porteña tan libre como Bajo Belgrano tan libre de ir a Avellaneda tan libre como un silencio ahora ha volado lejos ahora se marcho de mi ahora que su vuelo no se extinga y que su canto de ruiseñor no tenga que atravesar su pobre corazón